¡Hola! Hoy es San Isidro y fiesta en Madrid! Y aunque sea el día de nuestro santo patrón, repasamos el estilo de la actriz Ángela Molina,
que a sus 63 años sigue incombustible y además protagonizando campañas
publicitarias de belleza como la última de Pantene,
o para Adolfo Domínguez y su campaña del año pasado
#nosoyperfectasoyunica.
Creo que Ángela Molina es de las pocas personas del mundo
del espectáculo que ha sabido envejecer con serenidad y naturalidad, haciendo
gala de sus arrugas y su larga cabellera canosa, que ya es su seña de
identidad.
Siempre ha lucido un estilo muy particular caracterizado por
la sencillez, y sin salirse del negro y del blanco, con ligeras puntadas rojas.
La melena larga y al viento, peinada sin artificios, y los sempiternos labios
rojos son sus únicos accesorios. Y sinceramente no necesita más.
Siempre ha huido de las modas. No dejó que la tocaran las
cejas y siempre las ha llevado espesas; poco amiga del maquillaje y de los
tintes. No en vano, incluso dedicándose al mundo cinematográfico, pocas veces
la hemos visto con cambios importantes de look.
Se siente cómoda con vestidos largos y fluidos, con
chaquetas orientales, odia los artificios y ostentosidades, y nunca defrauda en
las alfombras rojas con looks impecables.
Creo que Ángela Molina es todo un icono a seguir para las
que ya no podemos ocultar las arrugas sin parecer artificiosas.
¡Hasta el viernes!